sábado, 24 de abril de 2010

EL PODER DE LOS BESOS


Según los expertos, si hay buena conexión mental y la suficiente atracción física en el BESO, el alud de procesos químicos que se suceden provoca una auténtica conmoción en el organismo. El efecto es tan abrumador que, según algunos biólogos, podría compararse a una sobredosis de anfetaminas. Durante un beso de alta intensidad aumentan los niveles de dopamina (sustancia asociada con la sensación de bienestar) y de testosterona (hormona asociada al deseo sexual), y las glándulas adrenales segregan adrenalina y noradrenalina, que aumentan la presión arterial y la frecuencia cardiaca.

A la vez, la glándula pituitaria, situada en la base del cerebro, libera oxitocina, mágica hormona que, además de hacernos sentir como flotando, dicen que ha ayudado bastante a la perpetuación de la especie humana. Además, el acto de besarse también estimula la parte del cerebro que libera endorfinas (hormonas de la felicidad) en el torrente sanguíneo creando una sensación de bienestar, siendo antídoto para la depresión, y mejorando las defensas del cuerpo.

Los BESOS hacen que los labios se hinchen de sangre, se tiñan de rojo y brillen con la saliva. Además, los besos aumentan la secreción de saliva, que drena las células muertas y las bacterias y, por tanto, mejoran el aliento.

Según estudios, las personas que besan a sus parejas por la mañana pierden menos días de trabajo por enfermedad, tienen menos accidentes de tráfico, ganan de un 20% a un 30% más y viven unos ¡cinco años más!. ¿¿¿A QUÉ ESTÁS ESPERANDO???